Casi toca la gloria con Cruz Azul, hizo tareas sociales en una peligrosa ciudad y hoy desea ser entrenador

Este ex jugador se destacó hace años en La Máquina, pero ahora lo hace fuera del campo de juego.

A lo largo de los años, Cruz Azul contó con futbolistas de diversas características, que fueron sorteando su suerte en el club en base a resultados. Épocas hubo buenas y malas como en toda institución, y el jugador del que hablaremos a continuación integró uno de los planteles más recordados de las últimas décadas.

En este caso nos referimos a Tomás Campos, un ex mediocampista que hoy sería considerado ‘box to box’, como se suele decir en la Premier League. No ostentaba el perfil más alto de La Máquina ni mucho menos, pero dentro del campo de juego se le notaba a simple vista una gran personalidad en base al sacrificio.

A su vez, integró nada menos que aquel plantel que llegó a la final de la Copa Libertadores de América del 2001, perdiendo ajustadamente ante Boca Juniors por penales. Luego de su participación activa como titular, el también hoy DT de la Selección Mexicana Javier Aguirre lo llevó al Tri, cumpliendo así su gran sueño.

Paradójicamente ese fue el pico máximo de su carrera, nunca pudiendo replicar ese gran rendimiento en La Máquina. Primero Tigres UANL y luego Jaguares de Chiapas lo tuvieron entre sus filas, pero no fue hasta llegar al Juárez que Campos logró al menos tener una estabilidad dentro del XI inicial, llevando además el gafete de capitán.

Allí integró un equipo que era un hueso duro de roer, aunque las cosas se terminaron de salir de control y se fueron al descenso. Pasaron años y ahora el ex volante se hizo cargo del primer equipo de los Bravos, en el cierre de la Fase Regular del Apertura 2024. Fue tras la salida del entrenador principal, llevando a los suyos a derrotar a Pachuca por 1-0 y en el Estadio Hidalgo.

El trabajo social de Tomás Campos

Según un artículo publicado por As México, Campos ayuda de manera permanentemente a un grupo significativo de niños en la Ciudad de Juárez. Es además en una de las zonas más peligrosas del lugar, algo que al ex cementero poco le importa para al menos poner una sonrisa en sus rostros por un momento.