La larga espera llegó a su fin, el jueves arranca una nueva temporada de la NFL. Como ya es la norma, será de nuevo una campaña espectacular, repleta de grandes historias, memorables partidos y actuaciones que quedarán grabadas en la memoria de todos los aficionados que año tras año la disfrutamos. Las expectativas son enormes, gracias a que la liga ha trabajado para que el espectáculo esté garantizado, esto a pesar de que algunas de las reglas que se han ido implementando en años anteriores han llevado a algunas personas a opinar que el producto ha perdido valor, con lo que consideran la excesiva protección de los jugadores, y con la constante búsqueda de volver el juego más ofensivo, con una mayor cantidad de puntos anotados por partido.
Dejando de lado esas críticas, la realidad es que la popularidad de la NFL sigue en aumento, como lo expresaba hace unas semanas en esta columna. Su expansión mundial no para, con más países y ciudades recibiendo partidos de temporada regular. Sin olvidar el valor que tienen sus franquicias, algo que se propicia por el interés de millones de fanáticos alrededor del orbe, generando multimillonarios contratos de televisión, que los servicios de streaming más importantes hayan decidido buscar una rebanada del enorme pastel y, por supuesto, la enorme venta de productos oficiales que se facturan cada año.
La estructura con el tope salarial ha propiciado que, a pesar de que es innegable que los Patriotas de Nueva Inglaterra y los Jefes de Kansas City han sido las franquicias dominantes, hacer predicciones acerca de quiénes podrían calificar a la postemporada sea muy complicado. Por ello, el interés es mayor que en otras ligas, ya que en las últimas tres décadas ha sido muy común que, de una temporada a la otra, equipos que terminaron al fondo de sus respectivas divisiones, ganen la campaña siguiente; eso no significa que no se tengan claros favoritos, pero las sorpresas siempre estarán presentes. En este caso, las Águilas de Filadelfia parten como el equipo a vencer, según muchos expertos. Pero el equipo campeón perdió algunas importantes piezas en la agencia libre, pagando el precio del éxito, y de competir en una liga que tiene reglas impuestas para buscar ese equilibrio de fuerzas que mencioné antes.
Hablando de contendientes, estos sobran, empezando en la Conferencia Nacional con Washington, un rival divisional que aspira a dar un paso más al que sorpresivamente dio en 2024, siguiendo con Detroit, Green Bay, Tampa Bay y Los Ángeles. Mientras que, en la conferencia rival, parecen no existir tantos candidatos, pero en Kansas City, Búfalo y Baltimore tiene a tres de las franquicias con mayor talento de la NFL, y detrás de ellos vienen equipos que se irán agregando a la lista de contendientes. Es por ello que 2025 pinta para ser muy apasionante, y ya desde la primera semana tendremos duelos que podrían ser previos de playoffs. Sin importar quién se corone, el camino a conocer al monarca de la NFL será sensacional.