Las entradas se agotaron en cuestión de horas. En la reventa, algunos boletos triplicaron su precio original. La ciudad de Los Ángeles, acostumbrada a espectáculos de otro tipo, se detuvo por un japonés de 29 años que tira rectas de 100 millas por hora… y también impulsa carreras con su bat.
TE RECOMENDAMOS: Isaac Paredes hace gala de su poder y pega su decimoquinto jonrón
Anoche fue un día para recordar en la cima de Chávez Ravine. Bajo las potentes luces del Dodger Stadium, Shohei Ohtani hizo su presentación como lanzador bajo la franela blanco con azul de Dodgers. Casi 21 meses después de su última aparición en el montículo y con una segunda cirugía Tommy John a cuestas, el unicornio volvió a tomar el centro del escenario enfrentando a Padres.
LANZALLAMAS EN EL BRAZO DERECHO
Apenas lanzó una entrada. Suficiente para sacudir la industria. Shohei permitió dos imparables y una carrera limpia, cortesía de un elevado de sacrificio de Manny Machado. Pero lo que más retumbó fue esa recta a 100.2 millas por hora. Era la prueba viviente de que su brazo había vuelto.
Algunos lanzamientos fuera de zona. Nada grave. Lo importante para muchos fue verlo arriba, con la loma a sus pies, como los meses de espera valiendo la pena. Como si no cargara un contrato de 700 millones de dólares y toda una franquicia sobre los hombros.
Pero eso fue sólo el principio.
En la tercera baja, Ohtani se paró en la caja de bateo y rompió el molde. Conectó un doblete que envió a Andy Pagés al plato. Empate. Y en la cuarta, produjo su segunda carrera del juego en un rally. Un bateador oportuno, un lanzador dominante. Un jugador que no debería existir en el beisbol moderno, pero existe.
Mientras la afición aplaudía, Ohtani saludaba como si fuera un día más. Dodgers necesitaba el regreso de un lanzador de altura ante las múltiples lesiones que han sufrido. Ayer derrotó a 6-3 a Padres, pero sobre todo tuvieron a Ohtani en el centro del escenario.
LOS BOMBARDEROS DEL BRONX SUFREN CON LA PÓLVORA MOJADA
En el Bronx hubo más de 40 mil gargantas listas para rugir. Pero ninguna lo hizo. Ni siquiera cuando Giancarlo Stanton sacudió un doblete en su regreso, ni cuando las bases se llenaron en la décima, ni cuando Anthony Volpe amenazó con rescatar la noche. Fue un lunes sin música en el Yankee Stadium, silenciado por una derrota de 1-0 en 11 entradas ante los Angels.
Una blanqueada más. La segunda al hilo. En sus últimos cinco juegos, Yankees apenas ha anotado cinco carreras y su OPS ha sido de .462. Un bache tan profundo que no se veía desde agosto de 1990.
Y mientras el silencio se instalaba en la catedral del beisbol, un alboroto se escuchó… pero del otro lado. Christian Moore, un novato de 23 años criado en Brooklyn, vivió la noche de su vida. Nunca había pisado el Yankee Stadium como fan. Lo hizo por primera vez como jugador de Grandes Ligas.
En su tercera aparición al bat conectó un triple al jardín derecho en la octava entrada. Su primer hit en MLB. Más de 50 miembros de su familia estaban en las gradas. En la apertura del décimo, un imparable de Nolan Schanuel llevó a Moore a home con la carrera del triunfo.
TABLAZO DE ESTRENO, ANTHONY CELEBRA
El novato Roman Anthony, considerado el mejor prospecto del beisbol, conectó ayer su primer cuadrangular en Grandes Ligas en el triunfo de sus Red Sox 2-0 sobre Mariners.
En el inning inicial, Anthony envió la pelota entre el jardín derecho y central ante el lanzamiento de Logan Gilbert. Fue el primer triunfo sin Rafael Devers.
CONSULTA AQUÍ LAS NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA
*mcam