Durante meses, el movimiento se anticipaba. Rumores y una danza de reportes mantenían en vilo a la NFL. Pero finalmente, y algo tarde, Aaron Rodgers acordó este jueves un contrato de una temporada con los Steelers a cambio de 30 millones de dólares, de acuerdo con múltiples reportes de la prensa estadunidense.
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A sus 41 años, el cuatro veces MVP y futuro miembro del Salón de la Fama decidió estirar su legado… y lo hará en una franquicia histórica, liderada por uno de los coaches más constantes de su era: Mike Tomlin.
Rodgers estará viajando este viernes a Pittsburgh para finiquitar el acuerdo con la organización más ganadora en la era del Super Bowl junto con los Patriots.
Rodgers fue, durante meses, el protagonista de una novela de redención en Nueva York que acabó sin final feliz. Su primera temporada con los Jets (2023) duró apenas cuatro jugadas antes de romperse el tendón de Aquiles en el juego inaugural contra Buffalo. Regresó en 2024 para liderar a una ofensiva irregular: lanzó para 3,397 yardas, con 24 pases de touchdown y 11 intercepciones. No fue una campaña catastrófica, pero sí insuficiente para justificar el ruido mediático que le rodeaba semana tras semana.
Los Jets con su nuevo coach Aaron Glenn decidieron abrirle la puerta a uno de los rostros más visibles de la liga en la última década y media.
Desde que Mike Tomlin tomó las riendas de los Steelers en 2007, Pittsburgh no ha tenido una sola temporada perdedora. La racha es de 17 campañas sin terminar por debajo de .500.
Ni siquiera los altibajos en la posición de quarterback, con el retiro de Ben Roethlisberger, los intentos con Mason Rudolph, Kenny Pickett y más recientemente Russell Wilson, han roto esa cadena. Tomlin ha convertido la competitividad en costumbre.
Ahora, con Rodgers al mando, Pittsburgh no sólo aspira a mantener esa racha. Va por más.
La división no será sencilla. Los Ravens, liderados por Lamar Jackson, vienen de una campaña dominante. Los Bengals, con Joe Burrow de regreso, prometen una ofensiva explosiva. Y los Browns siguen apostando por un proyecto defensivo que puede silenciar a cualquiera en un mal día.
Pero Rodgers sabe lo que es navegar aguas difíciles. En sus 18 años con los Packers, enfrentó a defensas monstruosas, climas infernales y expectativas que siempre rozaban la perfección.
Los Steelers han renovado su cuerpo de receptores con piezas intrigantes. El movimiento más sonado fue la llegada de DK Metcalf, quien aterrizó vía traspaso desde Seattle. Metcalf, con su físico de velocista olímpico en cuerpo de linebacker, promete ser el objetivo número uno en zona roja.
BFG