Sí, claramente estamos lejos de un desenlace en esta temporada regular de las Grandes Ligas… no a años luz, pero casi tres meses sí es un buen trecho.
Como si fuera por sí misma una carrera de resistencia, una parejera divisional puede generar una agradable lucha para los aficionados, aunque sea un tremendo desgaste para los equipos, sobre todo en cuanto a su pitcheo.
Hemos señalado algunas divisiones interesantes, como la lucha que sigue —y seguramente continuará muy viva— entre los Phillies y los Mets. La Nacional se pone superintensa en su División Este.
Es ese mismo lado Este del mapa estadunidense donde, año con año, se tiene interés por los nombres históricos de sus equipos y por cómo se arman para llegar a una lucha por el título divisional.
En este pelotón es donde observamos a unos Azulejos de Toronto con nueve victorias de sus últimos 10 encuentros, manteniendo de repente una distancia de 3.5 juegos de ventaja sobre unos Yankees de Nueva York que de repente parecían los ungidos para llevarse una División sin mayor pelea por parte de unos Medias Rojas de Boston y unos Rayos de Tampa en cierta indefinición y, sobre todo, con la casi totalmente inexplicable caída de unos Orioles de Baltimore de plano sumidos en una densa desgracia.
Cabe mencionar una consideración: ni lejos están “muertos” bostonianos y los de Tampa, pues tampoco es una distancia así como para decir insorteable.
Aquí la clave para el único equipo canadiense en Las Mayores (hace años se nos fueron los Expos de Montreal), como lo son los de Toronto, es un line up de lo más variado, con Bo Bichette; la siempre picaresca potencia de Vlady Guerrero hijo; el compatriota y tocayo Alex Kirk, hecho un peloterazo; por ahí juntas la experiencia de un George Springer, Joey Loperfido, Addison Barger… curiosamente, con algo de procedencia de los también hoy indiscutibles líderes Astros de Houston.
Igual el pitcheo no sonaba así como espectacular en cuanto a la pretensión si tomamos en cuenta que la veteranía de Max Scherzer sonaría como la carta fuerte, pero por ahí te topas a un Chris Bassit, un Kevin Gausman, un José Berríos (muy competitivo 3.53 de PCLA) y hasta a un Eric Lauer aportando a la causa de la serpentina.
Definitivamente son una agradable sorpresa estos emplumados azules del 2025 dirigidos por John Schneider, nada menos que apoyado por su coach de banca “Donnie Baseball”, Don Mattingly, como para sonar más conocido todo.
Esta pausa de (más allá de) “media temporada” indudablemente deberá traer ajustes para todos aquellos equipos con plan contendiente, veremos cómo juegan sus fichas en la franquicia canadiense en pos de los hoy factibles playoffs… vientos alegres de ese lado de los grandes lagos.