Red Bull despide a Christian Horner como jefe de equipo

Red Bull Racing ha decidido cortar por lo sano y despedir a Christian Horner como su jefe de equipo y CEO, en medio de una etapa marcada por resultados decepcionantes y fuertes rumores internos. La escudería confirmó la noticia mediante un comunicado emitido a través de su estructura hermana, Racing Bulls, anunciando también quién tomará las riendas del equipo.

Horner, quien dirigía al equipo desde 2005, se va dejando un legado impresionante. Bajo su liderazgo, Red Bull sumó ocho títulos mundiales de pilotos y seis de constructores, convirtiéndose en uno de los equipos más dominantes de la era moderna de la F1. Sin embargo, su salida marca el final de una era dorada para los de Milton Keynes.

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El lugar de Christian Horner lo ocupará Laurent Mekies, hasta ahora jefe de Racing Bulls, quien asciende a CEO de Red Bull Racing. Junto a él, Alan Permane asumirá la posición de jefe de equipo, completando la nueva cúpula directiva.

From my first race win, to four world championships, we have shared incredible successes. Winning memorable races and breaking countless records. Thank you for everything, Christian! pic.twitter.com/au4XjMqhlH

— Max Verstappen (@Max33Verstappen) July 9, 2025

En palabras de Oliver Mintzlaff, director ejecutivo de Red Bull:

Agradecemos a Christian Horner su excepcional trabajo durante los últimos 20 años, su compromiso, experiencia y pensamiento innovador que ha sido clave para establecer a Red Bull Racing como uno de los equipos más exitosos y atractivos de la Fórmula 1”.

Un despido que llega en plena tormenta

La decisión de Red Bull se produce en uno de los momentos más complicados para la escudería austriaca. Tras dominar con mano de hierro los últimos campeonatos, el equipo ha perdido fuelle: su piloto estrella y actual campeón del mundo, Max Verstappen, marcha 69 puntos por detrás del líder, Oscar Piastri, mientras que en el campeonato de constructores ocupan una inesperada cuarta posición detrás de McLaren, Ferrari y Mercedes.

Pero los problemas no son solo deportivos. La figura de Horner llevaba más de un año en entredicho tras el escándalo por presunto comportamiento inapropiado hacia una empleada, un caso que derivó en una investigación interna de la que el británico fue exonerado, pero que siguió generando ruido dentro y fuera del paddock.

Un futuro lleno de incógnitas

El cambio de mando se produce cuando Red Bull Racing se prepara para una etapa crucial. En 2026 entrarán en vigor nuevas regulaciones técnicas y de motores, pero el equipo ya no contará con dos piezas clave de su éxito reciente: Adrian Newey, el gurú de la aerodinámica que se marchó a Aston Martin, ni Honda, su socio motorista, que pondrá fin a su alianza. En su lugar, Red Bull desarrollará su propio motor con apoyo de Ford, apostando por mantener su estatus de punta de lanza en la parrilla.

La salida de Christian Horner se suma a otras bajas sensibles, como la de Jonathan Whitley, antiguo director de equipo, que ahora trabaja con Kick Sauber de cara a la llegada de Audi. Mientras tanto, el propio Newey ya está inmerso en el desarrollo del monoplaza con el que Aston Martin espera dar el golpe sobre la mesa en la próxima gran revolución de la F1.

Para colmo, el despido de Horner alimenta aún más los rumores sobre la posible salida de Max Verstappen. El holandés, atado por contrato hasta 2028, ha sido tentado en más de una ocasión por Toto Wolff y Mercedes, una puerta que parece estar cada vez más entreabierta tras la sucesión de turbulencias en Red Bull.