El café, una de las bebidas más consumidas del mundo, ha dejado de ser solo una fuente de energía matutina para convertirse en un objeto de interés científico en el ámbito del rendimiento físico y cognitivo. Su principal compuesto activo, la cafeína, ha sido ampliamente estudiado por sus efectos sobre la atención, la memoria, la resistencia muscular y el tiempo de reacción.
La cafeína es un alcaloide natural que actúa como estimulante del sistema nervioso central. Su consumo antes del ejercicio ha demostrado mejoras significativas en funciones cognitivas como la concentración, el tiempo de respuesta y la toma de decisiones, especialmente bajo condiciones de esfuerzo o fatiga física.
Una revisión publicada por la International Society of Sports Nutrition en 2021 concluye que el consumo de cafeína en dosis de 3 a 6 miligramos por kilogramo de peso corporal puede mejorar tanto el rendimiento físico como la capacidad cognitiva, incluso en situaciones de presión o agotamiento mental.
Impacto en deportes de alta exigencia mental
En deportes como el futbol, el tenis o el básquetbol, donde las decisiones deben tomarse en fracciones de segundo, se ha observado que la cafeína puede optimizar la coordinación motora fina y la precisión de los movimientos. En Foskett et al. (2009) documentaron mejoras en la exactitud de los pases y el control del balón tras el consumo de cafeína.
Desde el punto de vista neurobiológico, la cafeína bloquea los receptores de adenosina en el cerebro, reduciendo la sensación de fatiga y aumentando la actividad neuronal. Esto se traduce en una mayor percepción de alerta y capacidad de procesamiento cognitivo durante el ejercicio.
Preparar café de calidad también influye en su efecto antes del ejercicio.
También se ha descrito un aumento en la liberación de dopamina y noradrenalina, neurotransmisores esenciales para la atención sostenida y el estado de ánimo positivo.
Sinergia entre mente y cuerpo
Además del beneficio mental, el consumo de café antes del ejercicio físico mejora parámetros de resistencia y recuperación. Estudios explican que la cafeína favorece la movilización de ácidos grasos como fuente de energía, conservando el glucógeno muscular y prolongando el tiempo hasta la fatiga.
Sin embargo, la respuesta a la cafeína no es uniforme. Factores como la genética, la tolerancia individual, el estado nutricional y la hora del día pueden influir significativamente en su efectividad como potenciador mental y físico.
Se recomienda comenzar con dosis bajas (1-3 mg/kg) y evaluar la tolerancia personal antes de incorporar el café como parte de una estrategia deportiva o cognitiva. El momento ideal para consumirlo es entre 30 y 60 minutos antes de la actividad.
Otros factores a considerar
Otro aspecto relevante es el formato de consumo. Aunque la cafeína pura en cápsulas es efectiva, estudios sugieren que el café, por contener polifenoles y otros compuestos bioactivos, podría tener efectos sinérgicos adicionales.
El café proviene de frutos como estas cerezas rojas recolectadas a mano.
La cafeína también puede influir en la percepción del esfuerzo. Se ha propuesto que incrementa la secreción de endorfinas durante el ejercicio, reduciendo la percepción del dolor o la fatiga y mejorando el enfoque mental.
Desde una perspectiva de salud pública, el café ha sido vinculado a una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, reforzando su potencial como aliado del desempeño cerebral.
La evidencia científica respalda que el consumo moderado de café antes del ejercicio no solo mejora la resistencia física, sino también las funciones mentales críticas para el desempeño deportivo. Concentración, precisión, reacción y resistencia mental son capacidades que pueden optimizarse con esta bebida ancestral.
Por lo tanto, si tu objetivo es mejorar tu rendimiento físico y, especialmente, tu agudeza mental durante el ejercicio, consumir de 2 a 4 tazas de café natural podría ser una herramienta eficaz y científicamente validada. Eso sí, con evaluación individual y evitando el uso excesivo.
Como en toda intervención nutricional, el contexto es clave. Y en el caso del café, ese contexto incluye tu peso, sensibilidad a la cafeína, la intensidad del ejercicio y tus objetivos personales.
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N. de la R. La creciente atención científica hacia la cafeína como potenciador del rendimiento físico y cognitivo ha sido respaldada por múltiples estudios recientes, tanto en contextos deportivos como clínicos. De acuerdo con datos de la International Society of Sports Nutrition (ISSN) y la European Food Safety Authority (EFSA), el rango de 3 a 6 mg/kg de peso corporal se considera eficaz y seguro para la mayoría de los adultos sanos. Por ejemplo, una persona de 70 kg podría beneficiarse de una dosis entre 210 y 420 mg de cafeína, lo que equivale aproximadamente a 2.5 a 5 tazas de café filtrado, dependiendo de la concentración.
Además, un estudio publicado en 2022 en la revista Nutrients encontró que el consumo de cafeína mejora significativamente el rendimiento en tareas cognitivas de alta demanda en atletas sometidos a fatiga física, reforzando su utilidad en deportes con carga mental elevada como el ajedrez competitivo, e-sports y disciplinas tácticas militares.
Por otro lado, investigaciones del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México advierten sobre el creciente consumo de bebidas energéticas entre adolescentes, muchas veces malinterpretadas como equivalentes al café, aunque su contenido de cafeína y otros estimulantes suele ser mucho mayor y más variable, aumentando el riesgo de efectos adversos como ansiedad, insomnio, taquicardia o dependencia.
En cuanto al café como vehículo de cafeína, una revisión sistemática publicada en Antioxidants en 2023 señala que los compuestos fenólicos presentes en el café, como el ácido clorogénico, pueden ejercer un efecto neuroprotector independiente, reduciendo el estrés oxidativo y modulando la inflamación cerebral. Este posible efecto sinérgico entre la cafeína y otros fitocomponentes del café podría explicar los hallazgos observacionales que vinculan su consumo habitual con menor riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como Parkinson y Alzheimer.
Cabe señalar que los efectos ergogénicos de la cafeína pueden verse modulados por variantes genéticas, especialmente en el gen CYP1A2, que regula su metabolización hepática. Individuos con la variante de metabolización lenta pueden experimentar efectos secundarios a dosis moderadas, por lo que se recomienda realizar un ajuste personalizado de la ingesta.
Finalmente, en el ámbito deportivo profesional, tanto la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) como la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) permiten el uso de cafeína, aunque monitorean sus niveles en competencia por su potencial impacto en la equidad del rendimiento.