El Draft de la NFL se realizó la semana pasada. Green Bay fue la sede de tres intensos días durante los cuales las 32 franquicias eligieron por siete rondas el mejor talento disponible, proveniente de las filas universitarias de la NCAA. Durante meses, los gurús del Draft desmenuzaron a los prospectos, dando a conocer su opinión.
Conforme avanzaron las semanas, una cosa quedó en claro, los Titanes de Tennessee tomarían con la primera selección global a Cam Ward, de la Universidad de Miami; el talentoso mariscal de campo le fue ganando terreno al resto de los elementos de su misma posición y, debido a la necesidad del equipo, la decisión se veía lógica.
Aunque es verdad que, por lo menos durante casi dos meses, Ward iba de la mano con Shedeur Sanders, de la Universidad de Colorado, como los dos principales prospectos. Incluso algunos expertos veían al hijo del legendario Deion Sanders como el mejor en su posición, esto tras una fantástica campaña en 2024, en la que fue el líder de la nación en porcentaje de pases completos, tercero en touchdowns lanzados y cuarto en yardas por aire.
Pero conforme los días fueron pasando, las cosas cambiaron y se comenzó a especular con la posibilidad de que ni siquiera fuera elegido en la primera ronda. Muchos reportes de los llamados insiders de la liga dieron a conocer las dudas que comenzaron a surgir al interior de las gerencias de los equipos de la NFL. Según esos reportes, varios factores le quitaron bonos al joven Sanders, que poco a poco se fue cayendo en gran parte de las simulaciones de Draft.
Entre las preocupaciones que surgieron estaban que se negó a participar en el Scouting Combine (ése se podría decir que fue el menor de los pecados); también se reportó que las palabras de su famoso padre diciendo que quizá su hijo se negaría a firmar con un par de equipos en caso de ser seleccionado, fue otra señal negativa; sumando ello a la arrogancia del joven percibida por los ejecutivos de la liga; agregando, además, que, según otros reportes, en las entrevistas no impresionó con su IQ futbolístico.
Al final, el cúmulo de factores en contra llegó a pesar tanto que no sólo se quedó fuera en el primer día del Draft, tampoco se escuchó el viernes. Fue hasta el sábado, en la quinta ronda, que los Browns de Cleveland lo tomaron. Algo quedó claro, los propietarios de la NFL no iban a permitir que alguien llegue a dictarles cómo hacer las cosas y claramente decidieron hacer un ejemplo de Shedeur Sanders.
Ahora, el joven deberá ganarse su lugar en la liga, debido a que no llegará como una alta selección del Draft. Si quiere continuar con el legado que su histórico papá logró de manera brillante, tendrá que poner los pies en la tierra y entender que nada le será entregado en bandeja de plata. Tiene todo el talento para triunfar; hoy, ya es el mejor mariscal de campo en el roster de Cleveland. Pero una cosa es tener talento y otra es complementarlo con el profesionalismo y el carácter necesario para triunfar en la NFL.