#PrimeraNETA
Dice el presidente del León que “son días tristes para el futbol mexicano y para los aficionados del León”. Pero no, podrá tener razón en la segunda aseveración, pero que no piense ni que La Fiera representa a todos los amantes de #Molelandia, ni que tenemos interés en sus derrotas económicas.
Dice Jesús Martínez, hablando sobre la exclusión del León en el Mundial de Clubes que “el deportivismo ha quedado de lado”, pero no, si acaso ha quedado de lado, es en buena medida por la multipropiedad. La multipropiedad es traición, es uno de varios cánceres que carcomen el futbol mexicano.
Mientras que la FIFA prohíbe contundente, tajantemente, que un mismo grupo controle a más de un club para evitar probables amaños, conflictos de interés, manipulaciones y demás, en México no sólo se tolera, sino que se institucionaliza. Los dueños de la liga mexicana son también los árbitros del juego: no sólo se permite la multipropiedad, es además una herramienta de protección para intereses económicos, para encubrir fracasos deportivos y, ¿por qué no?, para manipular la competencia a conveniencia.
La FMF sabe que hay multipropiedad en el futbol mexicano, sabe de los íntimos nexos entre Pachuca y León, entre Atlas y Santos, entre Xolos y Gallos… entre Mazatlán y Puebla. Lo saben ellos, lo sabemos todos. La premisa de Jesús Martínez Murguía es: “Lo ganamos en la cancha, lo ganamos deportivamente”, pero todo parece indicar que la retroactividad le cortará la cabeza a La Fiera.
Dice Jesús que “es un buen momento para que el futbol mexicano se una”. ¿Que se una en torno a quién? ¿En torno a qué? ¿A una trampa? No, ojalá que no se una. Y que nadie se indigne, en este caso lo que debería enfurecernos es que tenga que manotear la FIFA para que se ponga sobre la mesa una vez más la palabra “multipropiedad”.
#SegundaNETA
El fin de semana dos equipos maestros en la multipropiedad compartieron su Liga MX: la Fiera de Martínez y los Gallos de Hank, y qué tristeza. Querétaro parece ya no ser un equipo sino un recordatorio de plantillas parchadas, de rezos, de regaños… de Resistencia. Y el estadio Corregidora pareciera más un mausoleo de intenciones que una casa de victorias.
#NETASextras
¿Quién no puede o no quiere ver lo que sucede hoy? ¿Por qué los aficionados permiten los fichajes entre clubes carnales, que más que contrataciones son estrategias empresariales? La multipropiedad no sólo daña en lo deportivo, mata también la ilusión del aficionado diestro y aguerrido.