En la vida de JC Escarra, los asientos siempre han contado cosas. Primero, fue el asiento del conductor de un Uber en Miami, donde pasaba horas escuchando las historias de desconocidos mientras intentaba mantener vivo su propio sueño. Luego, en los diamantes de ligas independientes y en las frías noches invernales de México, Puerto Rico y República Dominicana, donde la esperanza se medía en turnos al bate y el sueldo apenas alcanzaba para pagar la hipoteca de su hogar.
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Pero el jueves 28 de marzo de 2025, la historia cambió. El asiento ahora era de cuero negro, en la parte trasera de una camioneta Uber Black que lo llevó desde su hotel en Manhattan hasta el Yankee Stadium. Unos pocos centímetros de diferencia entre el pasado y el presente, entre la incertidumbre y la realización de un sueño que se negó a morir.
Cuando conducía Uber, no tenía ni idea de la gente que se subía a mi coche. Hoy pensaba: ‘¿Quién es el conductor? Porque tiene a un jugador de Yankees en su auto’. Fue un momento bastante bueno”, contó Escarraga en el Opening Day de los Bombarderos.
El beisbol es un deporte lleno de historias, algunas fascinantes como la de JC Escarra. Su travesía fue un testimonio de resistencia. Fuera del sistema de ligas menores de Orioles en 2021, con el guante de primera base en la mano y la incertidumbre en el horizonte, decidió volver a ponerse la careta de receptor.
CONDUCTOR DE UBER Y MAESTRO SUSTITUTO
Para sobrevivir, se convirtió en conductor de Uber y en maestro sustituto en Miami. Enseñó arte, música y educación física, reemplazando a cualquier maestro que faltara. Sin embargo, cada tarde, su corazón seguía latiendo por el juego. Cuando los cazatalentos llegaban para observar a la futura estrella de Rays, Adrian Santana, Escarra encontraba la manera de cruzarse en su camino.
Les preguntaba uno por uno: ‘Oye, ¿necesitas un receptor zurdo? Yo soy el indicado’”, recordó Escarra. Nadie lo contrató.
Hasta que Yankees apareció. Raúl González, scout de la organización, lo encontró en una liga independiente y le ofreció una oportunidad en enero de 2024. Así comenzó su ascenso en ligas menores. Un sólido 2024 y un impresionante spring training le dieron lo que había buscado toda su vida: un lugar en el roster del Día Inaugural de Yankees.
El jueves, aunque no jugó en la victoria 4-2 sobre Brewers, Escarra vivió su sueño con cada fibra de su ser. Antes del partido, se besó con su esposa Jocelyn para continuar su viaje, ahora en MLB.
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*mcam