Un maravilloso 2024 para el tenis llegó a su fin. El deporte blanco vivió semanas muy intensas, con un calendario repleto de eventos, incluyendo la participación de las mejores raquetas en los Juegos Olímpicos de París, y que también nos trajo el adiós del más grande arcillista y uno de los mejores deportistas de todos los tiempos: Rafael Nadal.
El adiós del mallorquín será posiblemente lo más recordado de 2024 en materia deportiva. Pero estos meses también nos brindaron otra gran historia: el mejor año en la historia del tenis italiano. Con resultados que han colocado a la nación transalpina en la elite en ambas ramas.
Cuando hablamos de Italia y tenis, lo primero que viene a la mente es Jannik Sinner. El número uno del mundo ratificó su estatus de estrella con una brillante actuación en prácticamente todos los torneos en los que participó, comenzando con su victoria en el Abierto de Australia, para darle a su país el primer título varonil en un Grand Slam en casi 50 años. Lo sucedido en Melbourne sólo fue el inicio de una campaña inolvidable. El joven de 23 años dejó atrás la polémica acerca de su dopaje para continuar acumulando trofeos, incluyendo el US Open, las Masters Finals, y la Copa Davis.
Pero el oriundo de San Cándido fue la punta de lanza del espectacular año del tenis italiano, que se llevó por segundo año consecutivo la Ensaladera de plata, convirtiéndose en la primera nación desde la República Checa en 2012-13 en repetir como monarcas de la Copa Davis.
Un grupo de tenistas encabezados por el capitán Filippo Volandri superó a todo rival, con el resurgimiento de Matteo Berrettini como pieza fundamental de lo sucedido la semana pasada en Mallorca, además del aporte de Lorenzo Musetti, Lorenzo Sonego, Matteo Arnaldi, y Flavio Cobolli, que junto a Luciano Darderi, Fabio Fognini y a Luca Nardi, completan la novena de italianos que se encuentran dentro del top 100 de la ATP, y seis de ellos están situados entre los 50 mejores.
En la rama femenil, vimos el surgimiento de Jasmine Paolini, quinta de la WTA, finalista de dos Grand Slams, y que junto a la veterana Sara Errani se quedaron con el oro en el dobles de París 2024. Ambas también fueron parte del triunfo italiano en la Billie Jean King Cup por quinta ocasión. Las damas derrotaron en la final a Eslovaquia con una espectacular Paolini, que fue la mejor jugadora de un equipo que también contó con Errani, así como con Martina Trevisan, Lucia Bronzetti y Elisabetta Cocciaretto. Italia vivió una temporada de ensueño, al convertirse en el primer país que gana el mismo año los dos torneos por equipos de mayor relevancia en el deporte blanco. Sumando lo hecho a nivel individual, ninguna nación se acerca a lo que realizaron, y que, por la edad de la mayoría de sus mejores raquetas, es algo que podría suceder de nueva cuenta.